La Cabaña

21.03.2013 13:54

 

LA CABAÑA

 La cabaña está situada en las costas del Pacifico colombiano,  en el departamento del Choco.  A tan solo unos pasos de la playa El Almejal, en el corregimiento de el Valle cerca de Bahía Solano que es la cabecera municipal de la zona. La cabaña “EL BIEN GERMINA YA” antigua cabaña “LA VEGA” esta en un marco incomparable para conectarte con la naturaleza y el encuentro consigo mismo.

El corregimiento del Valle donde está localizada la cabaña cuenta con varios restaurantes  hoteles y tiendas donde poder hacer compras.

Esta zona es considerada como el pulmón del mundo.

La cabaña cuenta con 4 habitaciones cada una con su respectivo baño: una de matrimonio, otra familiar y dos habitaciones dobles. Todas las habitaciones cuentan con ventilador y toldillos. Desde el balcón se puede ver las espectaculares vistas al mar en la zona de las hamacas.

Piscina, árboles frutales, agua potable, amplias zonas verdes con espectaculares vistas al mar, y numerosas actividades alternativas y muy divertidas para hacer de tus vacaciones una experiencia única e inolvidable.

        ACTIVIDADES:

·         Retiros Espirituales en un ambiente  de alta vibración y único en el mundo: Clases de Yoga, Meditación, Tai - Chi, Danza Sagrada, Reiki,  Rituales Chamánicos.

·         Avistamiento de ballenas y delfines

·         Avistamiento y liberación de neonatas de tortugas

·         Caminatas ecológicas por la selva. Visita a cascadas espectaculares.

·         Actividades acuáticas en una playa exclusiva y durante todo el año (buceo, surf,  paseos en canoa hasta los manglares…)

·         Visita a las comunidades indígenas (degustar y gozar comida típica  del pacífico  y sus danzas tradicionales).

·         Visitas al parque nacional natural de ensenada de Utría

·         Visita  y disfrute de aguas   termales.

 

EL ENTORNO DE LA CABAÑA:

Bahía Solano: paraíso del ecoturismo y de la aventura

El Valle, corregimiento unido con Bahía Solano a través de una carretera de 18 kilómetros, es un caserío tranquilo donde el ritmo de la vida es similar a la marea. Cuando sube, se extiende por la franja de arena donde se levantan los hoteles y nutre los ríos que se internan en la Serranía del Baudó, como el río Valle, cuyas aguas están bordeadas por cuatro especies de manglar.

En canoa se remonta un tramo y luego se sigue a pie hasta el río Cascadas, donde hay pozos cristalinos con pequeñas cascadas, y al río Chadó, famoso por la gran piscina que forma antes de desembocar al mar.

Al amanecer el mar es calmado y se aleja del litoral dejando atrapados peces de colores, erizos y una que otra estrella de mar

La marea alta es ideal para caminar en medio de la naturaleza, donde abunda la iraca, palma que sirve para tejer sombreros; el borojó, un fruto afrodisíaco con el que se preparan bebidas; los labios de negra, una flor que parece una boca roja, y rarezas que configuran la vegetación selvática que se aprecia aun mejor desde el dosel.

La noche es el momento ideal para admirar el tortugario artificial, donde se protege esta especie marina para liberarla en la temporada de postura, que va desde septiembre hasta diciembre.

Entre agosto y octubre se hacen paseos en lancha para ver las ballenas yubartas, los tiburones y los delfines que en grupos van en busca del norte.

A media hora en lancha de Bahía Solano, o dos horas a pie por playas y valles aluviales, se llega a Punta Huina, paradisíaca playa rojiza bañada por el mar cristalino, ideal para la pesca y la práctica del snorkeling.

 

Playas del entorno:

La Playa de los Deseos es otro encanto de Huina: un territorio solitario de arena oscura y majestuosos acantilados. También las playas del Cotudo y Becerro, donde se realizan inmersiones a pulmón libre y con tanque a las ruinas del ARC Sebastián de Belálcazar, embarcación de la Fuerza Naval del Pacífico que participó en la batalla de Pearl Harbor.

Hacia el sur, bordeando el Pacífico, se encuentra la ensenada de Utría, donde está ubicado el parque natural que alberga cerca de trescientas especies de aves, entre ellas la mayor variedad de murciélagos en Colombia, y hábitat de numerosas especies de ranas de variados colores, y árboles como el abarco, el abrojo, el caimito, el pojoró, la caoba y la palmera milpesos.

Este parque, considerado como uno de los lugares más bellos de Colombia, es un corredor por el que emigraron especies vegetales y animales procedentes de América central. Está a 35 minutos de El Valle y en su paisaje se pueden observar las ballenas jorobadas que buscan sus aguas para aparear.

 

    

Bahía Solano es la cabecera municipal de mayor actividad económica y social del Chocó sobre el océano Pacífico. El avistamiento de ballenas, la llegada de tortugas entre septiembre y diciembre para desovar, el turismo ecológico y la pesca son de las actividades más atractivas para los turistas y residentes. El municipio es rodeado por la naturaleza virgen y por las playas poco o nada intervenidas por el hombre. En jurisdicción de Bahía Solano y Nuquí se ubica el Parque Nacional Natural Ensenada de Utría, de gran riqueza natural por albergar ecosistemas marinos, selváticos y de montaña tropical.

Las ballenas jorobadas en el Pacífico colombiano 

Destinos colombianos para ver ballenas

Bahía Solano

Las diferentes playas de Bahía Solano en el golfo de Cupica del departamento del Chocó (Pacífico colombiano) son lugar privilegiado para apreciar el espectáculo que brindan las ballenas. Varios hoteles de la zona disponen de equipos y la experiencia necesaria para trasladar a los viajeros al fabuloso avistamiento.

Estas aguas tropicales de Colombia les facilitan parir  sus crías, alimentarlas y enseñarles a respirar, mientras que los machos aprovechan el inmejorable ambiente para cortejar a las hembras y continuar así con la multiplicación de la especie.

 

En este caso,  comienza en  el mes de julio cuando se advierte en aguas colombianas la presencia de los primeros cetáceos que vienen de un largo viaje atraídos por los 25º C de temperatura del océano Pacífico en las costas colombianas.

Aproximadamente 8.500 kilómetros recorren las ballenas para estacionarse hasta octubre en el Pacífico y convertir  varios paraísos naturales de Colombia en las mejores plataformas para la observación del fenómeno.

 

 

El  avistamiento de este espectáculo de la naturaleza es una actividad segura siempre y cuando se mantengan distancias prudenciales, sobre todo, desde las embarcaciones, pues  se debe tener especial cuidado para no interrumpir  encuentros tan cercanos como la única relación estable entre la madre y el ballenato, la cual ocurre durante el primer año de vida hasta el episodio del destete.